A lo largo de la historia de la humanidad, las infecciones virales han representado un gran problema no sólo de salud pública, sino que ha conducido de igual manera a trastornos socioeconómicos.
Ante la actual emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19; lo que ha representado el mayor brote de coronavirus en poblaciones humanas dentro de los primeros 20 años del siglo XXI, y el cual ha ocurrido en una mayor escala que brotes anteriores como: el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio del oriente medio (MERS) teniendo lugar en los años de 2002-2004 y 2012 respectivamente.
Resulta fundamental el poder garantizar la desinfección de superficies, lugares y ambientes en los cuales nos desarrollamos para disminuir el riesgo de contraer algún tipo de enfermedad. Particularmente las superficies y manos juegan un importante rol en la propagación del virus. Algunos tipos de virus como el “poliovirus” y bacterias han mostrado alta supervivencia cuando son transmitidos por el contacto de superficies que por la caída de gotas de aerosoles o polvo los cuales contienen el virus.
Técnicas de desinfección que emplean el uso de productos a base de hipoclorito de sodio en forma líquida, o productos a base de hipoclorito de calcio en forma sólida o en polvo son comúnmente disueltos en agua creando ácido hipocloroso (HClO); el cual es el agente antimicrobiano capaz de desactivar gran variedad de agentes patógenos, la gran desventaja de éste tipo de soluciones es que se necesita una concentración elevada (alrededor de 5000 ppm) para inactivar a lo patógenos más resistentes, aunado a ello, los productos a base de hipoclorito de sodio han demostrado ser inactivados rápidamente por la materia orgánica.
Por otra parte, y según la Organización Mundial de la Salud en sus orientaciones provisionales enfocadas a la “Limpieza y desinfección de las superficies del entorno inmediato en el marco de la COVID-19” no recomienda la aplicación de desinfectantes en interiores mediante fumigación o nebulización de las superficies de entorno inmediato.
En un estudio mencionado por ellos se demostró que el rociamiento como estrategia principal de desinfección no es eficaz para eliminar los contaminantes fuera de las zonas de rociamiento directo (la nebulización, dispersión o fumigación sólo actúa en las superficies donde es aplicado, en cambio tiene poca o nula acción en el ambiente o resto de superficies que no entran en contacto con las soluciones líquidas desinfectantes). De igual manera, el rociamiento de desinfectantes entraña riesgos para los ojos, vías respiratorias y piel; la fumigación o nebulización de ciertos compuestos químicos, tales como: el formaldehído, compuestos clorados o compuestos de amonio cuaternario no es recomendada por provocar efectos adversos en la salud de las personas.
La fumigación de superficies en centros médico-sanitarios y otros, como la vivienda de los enfermos con desinfectantes no elimina la materia orgánica, ni llega a las superficies protegidas por objetos, telas dobladas o superficies con estructura compleja.
Es por ello, que la desinfección con ozono de superficies y ambientes conlleva grandes ventajas contra éste tipo de técnicas de desinfección por nebulización o fumigación; el ozono al ser una molécula gaseosa a temperatura ambiente es capaz de penetrar y alcanzar lugares, superficies y ambientes de difícil acceso para los desinfectantes en solución líquida comúnmente utilizados, de igual manera una vez que el ozono ha interactuado contra los agentes patógeno, contaminantes y orgánicos del ambiente y superficies tiende a descomponerse y volver a su forma de oxígeno.
El ozono es aplicado en la desinfección de ambientes contaminados con diversos tipos de agentes patógenos, como virus, bacterias, microorganismos y hongos. Al mismo tiempo, el ozono es utilizado para la desinfección de habitaciones de hospitales, transportes públicos, habitaciones de hoteles, cabinas de cruceros, oficinas, entre otros; el ozono realiza la desinfección de manera más eficaz que utilizando aerosoles o soluciones líquidas por nebulización o fumigación que son aplicadas manualmente.
En Biozon, contamos con equipos de generación de ozono para desinfección de diversos tipos de lugares como: casas, oficinas, automóviles hasta hoteles, restaurantes y ductos de aire acondicionado.
BIBLIOGRAFÍA :
Tesini, B. (2020). Coronavirus Y Síndromes Respiratorios Agudos (COVID-19, MERS Y SARS) - Enfermedades Infecciosas - Manual MSD Versión Para Profesionales. Manual MSD versión para profesionales. Recuperado el 16 de Julio de 2020. Disponible en:
Organización Mundial de la Salud. (2020). Limpieza y desinfección de las superficies del entorno inmediato en el marco de la COVID-19 (1st ed., p. 1). Recuperado el 16 de Julio de 2020.
Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/332168/WHO-2019-nCoV-Disinfection-2020.1-spa.pdf
ISCO3. Uso Potencial del Ozono en SARS-CoV-2 / COVID-19. (2020). Recuperado el 15 de Junio de 2020 de: https://aepromo.org/coronavirus/pdfs_doc_ISCO3/Covid19_es.pdf
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