A más de tres años de haber comenzado, los estragos de la pandemia por COVID-19 siguen presentes en el mundo. Los continuos rebrotes en ciudades chinas aunado a un elevado porcentaje de población sin vacunar en países de África y algunos otros de Asia y Latinoamérica son indicativos de que, desafortunadamente, no se ha logrado superar completamente esta emergencia sanitaria.

Varias han sido las lecciones que como sociedad hemos aprendido a lo largo de este proceso. Por ejemplo, ha quedado en evidencia el papel tan importante que juegan los aerosoles como medio de contagio de enfermedades virales. Hasta antes de la pandemia nos centrábamos casi exclusivamente en el correcto lavado de manos, alimentos y superficies que, si bien es muy importante, se ha demostrado que no basta para cortar las cadenas de propagación de enfermedades como el SARS-CoV-2.

Por aerosoles nos referimos a las micropartículas de fluidos, principalmente de saliva y mucosa, que quedan suspendidas en el aire. Algunas caen al suelo en pocos segundos sin embargo las más pequeñas permanecen flotando en el aire por más de 12 h con el potencial de contagio que eso implica.

En espacios cerrados, la recomendación más habitual es ventilar continuamente las habitaciones, y aunque en espacios públicos como cines o aulas de clases esta medida es de gran ayuda, en espacios privados una correcta ventilación no es suficiente. Hay que considerar que si el contacto entre personas es continuo, prolongado y con un elevado nivel de vocalización, el riesgo de contagio se dispara, como sucede en los hogares o en los asilos de ancianos, donde dos o más individuos pasan muchas horas del día interaccionando.

Entre las alternativas con las que contamos para reducir las probabilidades de contagio está el ozono ambiental, producido desde casa a través de un equipo doméstico especialmente diseñado para la reducción de carga microbiana en el ambiente.

Nuestro equipo, el Biozon Air doble función le ofrece dos modos de trabajo que se adaptan según las necesidades de cada uno ya que puede trabajar CON y SIN presencia de personas cubriendo habitaciones que van desde los 5 hasta los 60 m² considerando una altura no mayor a 3 m.

En el modo CON presencia de personas se garantiza que la concentración de ozono producida no superará el límite de exposición recomendado por la normativa oficial y al mismo tiempo contribuirá a mantener una carga microbiana baja. Por otra parte, en el modo SIN presencia de personas se logrará una desinfección de espacios y superficies, y al mismo tiempo permitirá eliminar malos olores pues gracias a la enorme capacidad oxidante del ozono se destruyen virus, bacterias y moléculas en el aire responsables de generar aroma.

Al igual que todos nuestros equipos, el Biozon Air doble función cuenta con garantía de 1 año por cualquier defecto de fábrica así como reparación asegurada, pues estamos comprometidos con la calidad de nuestros productos y con el cuidado del medio ambiente ya que siempre buscamos priorizar la reparación sobre el consumo.

Referencias: Ventilar sin pasar frío: cómo luchar contra las enfermedades que están en el aire | Sociedad | EL PAÍS (elpais.com)